jueves, 8 de octubre de 2015

La Forma. El dibujo de línea.

La verdadera virtud de todo buen dibujante es su capacidad de observación. Desde que somos pequeños damos por sentado que nuestros ojos nos proporcionan la información visual sin preocuparnos de analizar dicha percepción de la realidad. 

Cuando comenzamos a formarnos en las artes plásticas y más concretamente en la educación visual descubrimos que hemos estado relacionándonos con nuestro entorno mediante lo que sabíamos previamente sobre las formas que observábamos, pero no las conocemos en su estructura ni composición.

Cuando uno de mis alumnos descubre ese velo que tenía a la hora de ver las formas se desorienta hasta que se convierte en un nuevo modo de relacionarse con el modelo.
Mi preocupación principal en las primeras etapas de aprendizaje es el Análisis de las Formas del Natural. 
El alumno/a a lo largo de su formación en el dibujo debe aprender a juzgar, reconocer e interpretar las formas:

  • Primero hay que desarrollar la capacidad para juzgar con precisión las formas, relaciones y proporciones.
  • Segundo, nuestra capacidad mental para enfocar el dibujo hacia un tema determinado.
  • Tercero, dotarlo de sentido y significado, convirtiéndolo en un verdadero mensaje gráfico.
Para la primera etapa, que es la que nos preocupa ahora, debemos proporcionarle una serie de herramientas gráficas sencillas pero poderosísimas en cuanto a su capacidad expresiva.

La primera es la Línea, elemento abstracto donde los haya y que resulta al mismo tiempo árido pero extrañamente familiar ya que ha acompañado los dibujos del estudiante desde muy niño pero no se ha preocupado de depurarla ni disfrutarla, solamente la usaba para sus fines personales de representación.

Para distinguirla forma hay que aprender a distinguir los contornos de los cuerpos,lo cual nos lleva a los ejercicios iniciales de Francis D.K. Ching o de Betty Edwards. Gómez Molina en su libro "El Manual de Dibujo" recoge infinidad de puntos de vista y diversidad de estrategias para ejercitar el estudio formal a partir del contorno y la línea.

Los manuales más ortodoxos o tradicionales como los de la colección Parramón nos proponen que debemos empezar por dibujar con algunas líneas tenuesque nos ayuden a situar el perfil del objeto correctamente y lograr los tamaños adecuados. Este será el esqueleto sobre el que iremos disponiendo líneas más contundentes y precisas, diferenciando que las más leves serán para los detalles interiores.

Yo no comparto esta orientación ya que la forma y sus contornos no son rígidos y recortados sino orgánicos, huidizos y en continuo cambio.La forma abierta es la que se acerca más a lo que vemos y por tanto la que debemos perseguir en nuestros dibujos de estudiante.La forma cerrada es propia de contextos decimonónicos o académicos ajenos a los lenguajes gráficos contemporáneos. 

El dibujo puramente lineal es muy difícil para cualquiera que comienza en el dibujo, pues debe definir el contorno de un objeto sin recurrir al otro elemento gráfico natural que es la mancha.
Un dibujante experimentado es capaz de describir los efectos visuales que pueden darse en un modelo real. Debemos educar nuestro trazo para todo tipo de apariencias y situaciones.

La línea puede ser enérgica,decidida, gruesa y de trazado intenso; entrecortada, construida con la yuxtaposición de líneas cortas que dan un aspecto discontinuo; titubeante de trazo tembloroso;fina de trazo limpio y preciso; modulada de intensidad variable; etc.......